¡¡Me decías que no te quería!!!...
Tú, en tu mundo y yo, en el de siempre, sin entender nada.
Me reprochabas el no comprender unas nuevas leyes que ahora gobernaban nuestras vidas.
Mientras, el portazo era lo único que a veces me hacía saber que te marchabas, no había un beso, un adiós..
Y no lo hubo tampoco aquel, el último día, en el que el destino, o que se yo, te arrancó de mis entrañas.
Hoy no hay ruido.., no más gritos, no vas a volver.
Me quedé esperando para decirte esta vez; "ser de mi ser ¡como no te voy a querer!".