El último tren

Sentada en aquella estación

De vías oxidadas,

Las horas fueron días

Y las noches madrugadas.

Cada pequeño ruido,

Parecía una señal,

Mientras observaba aquel anden,

Esperando verlo pasar.

La ilusión se adormiló,

La esperanza tiñó de negro

Y las aves se transformaron

En pequeños nidos muertos.

Callaba ante el silencio,

Veía la vida pasar,

Soñando con el momento,

De ver mi tren llegar.

Dejé pasar el hoy,

Dejé de respirar,

Anhelando un futuro,

Que deseaba disfrutar.

Una mañana de cielo claro,

Aquel viejo trastó arribó,

Con sus ruedas chirriantes

Todo mi ser frenó.

No pude, no quise,

Posar mis sentidos pies en él,

Lo dejé pasar,

Aquel, era el último tren.

Mónica Galanes