Deja de haber sol, incertidumbres,
Riesgo, lluvia o costumbres,
Eres mi cuna, mi noche.
Y cierro los ojos tan fuerte,
Que no quisiera saberte, si no es así,
Solo respiro, porque si no muero.
Siento el calor que reconforta mis trozos,
El aroma a "contigo no existe el miedo",
El suelo desaparece porque no piso en él,
Y me pierdo... sin querer buscarme.
En ese instante, corto momento sin nada,
Donde los problemas se apagan,
Los terrores se esfuman,
Las prisas se sientan,
Ese momento entre tu pecho y el mío,
Se convierte en vida, pausada.
Mónica Galanes
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