Mientras tapo mi cordura,
Me asombro con tu locura,
Somos dos imperfectos,
Encerrados en esta cultura.
Rodeados de anestesiados,
Con miedos y mil disculpas,
Amarrados a una vida
Que no llena su atadura.
Entonces río a carcajadas,
Hay quien mira de reojo,
Sin saber que no es antojo,
El soñar con la dulzura.
Después observo la luna,
Ellos pierden su belleza,
Agarrándose a una pobreza
Ansiada de libertad.
Mónica Galanes
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