De voz pausada
Y sonrisa serena
Con un alma despierta
Que ilumina su senda.
Fiel anfitriona
De la fiesta de la felicidad,
Invita a sonreir
Y regala su bondad.
¿Puede ser real?
Un hada quizás...
De aquellas de mágicos cuentos,
Con castillos encantados
Y príncipes valientes.
No, sobre nuestras calles,
También pisan seres increíbles,
Que dan alegría a cada paso,
Sin pedir nada a cambio.
Ella, única y admirable...
El hada de nuestro asfalto.
Para Esther, por regalarme una sonrisa cada vez que tiene la oportunidad, un ser mágico.
Mónica Galanes
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