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lunes, 17 de febrero de 2014

La pastillita

Muchas veces he pensado que podría existir una pastillita, una de esas pequeñas que arreglan el mundo, como los somníferos, que te los tomas y te duermes al momento. Pero esta vez no para dormir.

Una pastillita que te hiciera ver las cosas azules y no grises, una que te despertase cada mañana con una sonrisa. Esa que te regalase al amor de tu vida, que te hiciera olvidar lo feo, que secase las lágrimas para siempre. La pastillita que te hiciera viajar en el tiempo, que te diera paz y serenidad.

La pastillita existe, la que da la felicidad absoluta y hace que tu corazón lata cada día con más pasión. La pastillita existe pero es difícil de encontrar, se esconde dentro de la mente de cada uno, hay que buscarla, sacarla y tragarla con la mayor convicción posible, funciona y no tiene contraindicaciones.


 

Mónica Galanes

jueves, 13 de febrero de 2014

Maté al amor

Sentí la libertad, la que te da el retomar las riendas de tu vida y cabalgar al ritmo de la respiración que ya no se entrecorta.
Dejó de doler, dejó de ser un peso, dejó de desgarrar las entrañas como venía haciendo desde hacía algún tiempo. 
Lo maté, lo ahogué con mis propias manos, lo miré de frente y dije “ya no más, basta..”. Retorcí sus sueños, ilusiones, mentiras y espejismos. 
Me marché para no volver, mientras yacía en el suelo, el amor, al fin muerto.


Mónica Galanes

miércoles, 12 de febrero de 2014

La flor marchita

El dolor se volvió físico, poco a poco se comenzó a marchitar, como se marchita una flor cuando el frío la envenena. Su cuerpo erguido se convirtió en una pluma mojada, su cara era las tristeza y sus manos el vacío. Nadie podía ayudarla, su falta de agua emanaba del corazón, de las ilusiones perdidas.

Caminaba otra mañana fría, arrastrando los pies, sin mirar hacia atrás, porque eran tantas las veces que había girado la cabeza y que habían rodado los recuerdos por el suelo que ya no podía, sentía demasiado miedo.

Se sentó a esperar, en aquel banco gris, desteñido por las lluvias, por el tiempo. Se sentó y esperó, espero el resto de su vida.



miércoles, 5 de febrero de 2014

El imperio de nadie

Y bajo aquel pelo, decolorado por el paso de los años, yacía una gran mujer. Alguien que un día había luchado por sus ideales, había levantado un imperio con sus delgaduchos dedos y su cara de porte serio.
Allí descansaba la madre, la abuela, la hija y la hermana, la que no dio nunca amor porque no sabía, la que vivió la vida para crear sin saber para quien.
Dejaba tras sus pies riqueza, arte e indiferencia, en un ambiente hostil, como las espinas de la rosa que portaba entre sus manos, las que nadie se preocupó de quitar, porque no había nadie.

Mónica Galanes


lunes, 3 de febrero de 2014

Trotamundos

Viajó por aquellos mundos, caminando bajo puentes de orillas desechas. Tocando cada ladrillo con sus dedos descarnados. Probando sus sabores, aspirando los aromas más absurdos, de mezclas soberanas.
Habló con muchos, rió con otros tantos. Compartió mesa, cama..
Pero no enraizó en sus tierras, porque el mar no le dejaba, volvió a marchar a otro país, a otro lugar, en busca de nuevas calles, nuevos horizontes, nuevas gentes.



Mónica Galanes

#galanesenletras