Me pides que luche, que sea fuerte, que me enfrente a aquellos que me hacen daño, pero papá yo no nací para luchar. Yo nací para querer, para soñar, para reír.
Hay días que creo que entiendo lo que pasa y que quizás lo merezco, no soy como el resto.
Por eso, papá, pienso ¿y qué si muero?
Mónica Galanes
A veces no se ayuda pidiendo, exigiendo, sino escuchando.
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