Hoy el sol brillaba con menor intensidad, el aire transportaba nicotina y la calle, que ayer invadía mis sentidos, no decía nada.
Esta mañana, al abrir mi ventana pude sentir la indiferencia, daba igual lo que pasara.
Al hablar, al escucharme, mis palabras ya no sostenían verdades absolutas.
Mis canciones preferidas no derrochaban pasión y mi garganta al cantarlas producía un susurro casi mudo.
En la escalera he mirado mi sombra, desvanecida sobre la piedra, perdida.
He intentado llorar, compadecerme, gritar, no he podido, solo siento que hoy ya no siento nada.
Una entrada muy triste querida Mónica.........
ResponderEliminarUn fuerte abrazo.